NORDIC WALKING Y ALZHEIMER

Un equipo de investigación italiano ha realizado este interesante estudio piloto en el que se evalúa una intervención de marcha nórdica en pacientes afectados con Alzheimer. Se trata de una patología progresiva que resulta en un notable deterioro cognitivo afectando a la memoria, la comunicación, la orientación espacio-temporal y de movilidad y es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente. A pesar de que se desconoce el su origen hay ciertos factores de riesgo no modificables entre los cuales se cuentan el envejecimiento o los factores genéticos; así como factores de riesgo modificables como la salud cardiovascular y el estilo de vida.

La literatura científica apunta a que intervenciones no farmacológicas como el ejercicio físico pueden ayudar a mejorar la función cognitiva así como para paliar sintomatología conductual como la depresión, agitación o la agresividad en personas afectadas.

Por otro lado, la marcha nórdica es una actividad aeróbica que ha sido especialmente bien acogida en el entorno sanitario gracias a su versatilidad y transversalidad ya que comporta mejoras ventajas fisiológicas y psicosociales a quienes la practican, pero además es de fácil implementación en protocolos asistenciales.  (REF) Si además tenemos en cuenta que existen ya numerosos estudios avalando su práctica tanto en adultos mayores como en personas con daño cerebral adquirido, su empleo en población afectada por Alzheimer.

El trabajo que hoy resumo es un estudio piloto con 30 pacientes de Alzheimer con enfermedad leve o moderada. Fueron divididos en dos grupos de 15. El grupo de control se sometió a una intervención que incluía musicoterapia, terapia motora y propioceptiva, de reorientación y de rehabilitación postural. Al grupo experimental además de las intervenciones del grupo de control fue sometida a un programa de marcha nórdica. Finalmente 13 pacientes del grupo de control y 9 del experimental completaron el estudio de 24 semanas. La intervención de marcha nórdica consistió en dos sesiones semanales de 60 minutos divididos en 10 de calentamiento, 40 de marcha nórdica y 10 de vuelta a la calma y estiramientos. 

Los resultados muestran que el grupo de marcha nórdica mejoró parámetros cognitivos como la atención selectiva, la memoria episódica verbal, la inteligencia visual-espacial y la velocidad de procesamiento. Evidentemente estos resultados han de tomarse con cautela ya que únicamente se trata de un estudio piloto, en cualquier caso, de ser confirmada por futuros estudios más amplios podrían conducir a introducir intervenciones de marcha nórdica como complemento al cuidado habitual en pacientes con enfermedad de Alzheimer leve o moderada para ralentizar su deterioro cognitivo.

Referencia:

Angiolillo, A., Leccese, D., Ciccotelli, S., Di Cesare, G., D’Elia, K., Aurisano, N., … & Di Costanzo, A. (2023). Effects of Nordic walking in Alzheimer’s disease: A single-blind randomized controlled clinical trial. Heliyon.


 Formando en marcha nórdica desde 2006. Visita mi web: 4trebol.com 


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