Investigadores rusos emplearon una intervención de marcha nórdica en adultos mayores y ancianos comparando sus efectos con un grupo de control en el que los participantes llevaban un estilo de vida físicamente inactivo.
A pesar de que la literatura científica ha establecido de forma irrebatible los beneficios de un estilo de vida activo, los adultos mayores y ancianos representan al sector menos activo de la población. Esto se debe generalmente a más de un factor entre los que se cuentan: padecer una enfermedad, miedo a lesiones y caídas o falta de energía y debilidad.
Los investigadores emplearon el cuestionario de calidad de vida SF36 encontrando un aumento significativo de la calidad de vida entre quienes participaban en una intervención de marcha nórdica comparados con el grupo de control en todos los tramos de edad estudiados.
Los resultados muestran que tras una intervención de 12 meses de práctica regular de marcha nórdica mejoraron la calidad de vida, el estado de salud general, actuación social y emocional, la vitalidad y la salud psicológica.
Por todo ello se concluye la idoneidad de la marcha nórdica como una intervención sencilla y accesible al mismo tiempo que efectiva y que permite superar las barreras al ejercicio físico en este grupo de población.
Referencia: Bashkireva, A. S., Bogdanova, D. Y., Bilyk, A. Y., Shishko, A. V., Kachan, E. Y., & Arutyunov, V. A. (2018). Quality of life and physical activity among elderly and old people. Advances in gerontology= Uspekhi gerontologii, 31(5), 743.
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